" ES MEJOR ENCENDER UNA VELA QUE MALDECIR LA OSCURIDAD."

lunes, 19 de abril de 2010

Fiel a mí


Una muy buena amiga mía me preguntó una noche después de decirle que no me pondría de novia:
“¿Y si te lo pidiera la persona que más quieres, ese hombre que me dices que tanto te gusta?”
...me quedé pensando y nunca respondí.

Respondo ahora tras presentar interesantes datos que he recopilado y por supuesto vivenciado:

Afectividad es la sensibilidad de una persona constituida por emociones, sentimientos, y humor básico.

Las emociones, que pueden alterar o energetizar una conducta y que se vivencian en un continuo placer y displacer son de carácter adaptativo; moldean la forma de percibir la realidad y estructuran nuestra forma de vivir. Son intensas y de corto plazo, y se hacen presentes a través de nuestra fisiología (cambios neuroquímicos), musculatura estriada (postura, gestos), y a través de manifestaciones subjetivas, es decir, el significado especifico de elementos simbólicos asociados a vivencias personales (cultura, formación, racionalización). Ejemplos de emociones: angustia, ansiedad, ira, celos, alegría, tristeza, etc.

Los sentimientos son estados afectivos modificables que se van complejizando e integrando a lo largo del desarrollo de una persona. Estos también están influenciados por manifestaciones subjetivas individuales, pero son menos intensos y se prolongan por mucho más en el tiempo. Ejemplos de sentimientos: afectos filiales, sensibilidad ética, admiración, culpa, amor, odio.

De los tres, el humor básico es el más persistente en el tiempo, está relacionado con el control emocional y el nivel de tensión de una persona. Se ubica en el centro de ambos polos, entre disforia (afectos depresivos) y euforia (afectos maniacales). El control emocional está sujeto a la adecuación cuantitativa de la expresión de las emociones y cualitativamente al control de la labilidad afectiva, es decir, la oscilación entre alegría y tristeza, por lo tanto, es la capacidad que tiene un sujeto para controlarse emocionalmente. Se observa que el control emocional es importante para la tolerancia a la frustración, proceso íntimamente ligado al desarrollo evolutivo de la persona. El nivel tensiónal se refiere al nivel de excitación ó impulso de acción. Se podría expresar en extremos por el síndrome de excitación psicomotriz por al consumo de alcohol y/o drogas o por un desequilibrio neuroquímico o neuroendocrino (Síntomas: hipertimia, labilidad, conductas desinhibidas). El otro extremo, síndrome de depresión psicomotriz, puede aparecer después de parto, lactancia, intervención quirúrgica, estado febril entre otros (Síntomas: hipotimia, impotencia, inseguridad)*

Respondiendo ahora la pregunta anterior, diría: No,
Porque no es valido el noviazgo sino la afectividad.
El estado de ánimo de una persona domina acciones y pensamientos, los cuales varían en tiempos determinados de su vida, por lo tanto las personas se vuelven impredecibles, y más aún dentro de una relación amorosa ya que existen dos en juego compartiendo mucho.

Al ponerle un titulo a una relación de intenciones sentimentales tendemos a adjuntar una “obligación,” incorporada por el “sentido común social,” elemento simbólico muy significativo para un ser humano. Esta ideología colectiva es completamente sinsentido, deberíamos ser libres de pensar y hacer sin avergonzarnos, sin sentir limitaciones agregadas que influyen en el manejo emocional.

Tal obligación sería la fidelidad a la pareja.
El diccionario indica lo siguiente acerca de fidelidad: firmeza o constancia en los afectos, en las ideas o en las obligaciones. Prometieron guardarse fidelidad. Sinónimo: lealtad.

No pretendo comprometer a un hombre a ser mi devoto por ética social. Nada me haría más feliz que darme cuenta yo misma que él está conmigo porque quiere estar conmigo, no porque así lo indica el nombre de nuestra relación. No es tampoco cuestión de “miedo al compromiso,” es cuestión de preservar la fidelidad a uno mismo. Seré constante conmigo misma, seré fiel a mí antes de serle fiel al otro. Porque cuando me olvido de mi, me convierto en esclava para el resto y me vuelvo una extraña ante mis ojos. Me pierdo.
Considerando al otro pregunto, ¿que mejor regalo que la muestra de sentimientos sinceros?
Yo diría, “hoy quiero estar contigo porque me hace feliz, y si sigo siendo feliz a tu lado entonces mañana también.” Así automáticamente le otorgo lealtad implícita a él. Algo que yo misma apreciaría por mi parte.

Por otro lado el titulo de noviazgo incluye un fuerte imperativo, “mi novio.” No necesito un titulo para describirme con otro como pareja, ya que no seríamos uno, sino dos individuos separados que escogen estar juntos. Creo que toda persona debe gozar de su individualidad y no perderla en el camino del sentimentalismo. Nuestro nombre propio es lo que nos identifica como seres humanos individuales. Mi nombre es mi identidad, esa que me agrega poder de decisión.

Cuando hablo de “mi novio” estoy apropiándome de cierta forma de esa persona. Sin querer construyo un ambiente de pertenencia alrededor que es casi palpable para los demás. Ahora, es difícil no asignar posesión al presentar una pareja a terceros, y probablemente hasta inevitable. Parece una buena opción acostumbrar como en Perú a decir, “mi enamorado” porque indico un sentimiento, no una pertenencia, él, enamorado de mí. Yo diría: “él es (nombre), el amor de mi vida.” Claro está que lo revelaría solamente si lo siento natural y leal a mis sentimientos. De no ser así, cuidaría mis palabras, porque significarían tanto para mí como para él.

Dentro de mi realidad no existe el valor de pertenencia, ni siquiera familiar, podría decir “mi hijo” pero nunca sería mío. "Tus niños no son tus niños. Son los hijos y las hijas de los anhelos que siente la vida por si misma. Vienen a través de ti pero no de ti. Y aunque están contigo no te pertenecen" KHALIL GIBRAN. La gente sugestiona la dependencia en los niños porque ellos mismos la tienen asimilada muy dentro de su ser. Retractar aquella dependencia podría marcar la diferencia para el desarrollo autosuficiente que continua hasta la etapa adulta.

El buen manejo del control emocional proporciona un equilibrio importantísimo para evitar la labilidad y crear tolerancia a la frustración, la cual está directamente relacionada al nivel de impulso de acción de una persona. Si logramos armonizar nuestra afectividad seremos capaces de entender nuestras necesidades y de esta forma también las necesidades de los demás. Soy capaz de querer con todo mí ser, y así como quiero, entiendo, por lo tanto, espero únicamente empatía cuando sepan que soy leal al resto por descarte, y fiel a mí por naturaleza.




* Datos recopilados de clase de Afectividad 2005, Equipo de Psicología, Facultad de Medicina, Universidad Mayor. (Psicólogas: Sonia Jara, Constanza Miralles, Soledad Moreno, María José Zabala).

1 comentario:

Darío dijo...

Impresionante, siempre le anduve adjudicando el tema de los motes como "matrimonio", a la Iglesia. Pero esto es muy clarificador, la verdad, es que llamar "mi novia" ya es pegarse una "jaulita" innecesaria. Un abrazo.

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