" ES MEJOR ENCENDER UNA VELA QUE MALDECIR LA OSCURIDAD."

jueves, 14 de octubre de 2010

Azul Marino


El centro Solar guarda un corazón que dispersa fuego viscoso abrazador, escurre por todas las paredes para empapar sin piedad, entregadas por la fluidez ellas responden con la misma idiosincrasia, y fomentan el comportamiento calido de los susurros que en realidad son para el viento. Y sin embargo, el grandioso Ra debe alguna vez apagar su corona en la barca de Mesketet, y mientras va río arriba, enfría la circulación estelar, que no alcanza los extremos de la punta del pelo, ni las uñas de los dedos, y a las paredes les va faltando grados de temperatura, y en vez de sentir la calidez del Sol al amanecer, la aurora de sentimientos se va encerrando en un zigzag comprimido entre medio de las arterias Eridanus, convirtiéndolas en frío pensamiento. Lógica indiscutible que ni el mismísimo Ra pueda ahuyentar remando su Mandyet por los cielos estrellados de mi ser.

Dirijo mi vela impulsada por los vientos fríos de la serenidad en medio de tormentas eléctricas, que a veces me encuentran desprevenida, o muy bien preparada para recibirlas. Son esos mismos vientos los que soplan las cenizas ardientes del centro de mi Sol. La frialdad empuja, y más de una vez he caído por la borda, para bañar mis cabellos y mis auroras en las serenas aguas del hedonismo.

Estarás en el laberinto de mi constelación, que aunque pienses complicada, es de simple estructura. Exactamente por eso será muy difícil, o tal vez imposible encontrar salida. Es que cada quien bebe del vaso lleno del éxtasis que mejor le sacie. El riesgo lo corres tú, que si quieres te ahogas, o si quieres nadas en él, para comprender que la frialdad de los pensamientos no juegan azares con los sentimientos, pero tampoco es capaz de calcular las agigantadas dimensiones de las llamas que agrandan el Sol.

Es otra más de mi extraña forma de vida, descubrir que nado en colores fríos que mejoran mi circulación, y empeoran la de vos. Descubrir que cuando quiero soy pez de agua salada, y cuando quiero soy de ríos y lagos. Saber que no huyo de manantiales, que a veces quiero mojar mi cuerpo en ellos, y a veces, solamente tomar un único sorbo. O tal vez solamente observar mi reflejo, y ver después las ondas dispersar, mientras juego a los sapitos con las piedras que encontré antes en el camino.

Soy mi propio Ra, mi símbolo de luz solar, la que me doy vida, la que se la puede quitar y luego devolver por resurrección. Y todo claro es, gracias al color de mi frialdad. De quien aprendo la virtud de la cordura, quien me respalda al responder que no soy yo la demente, sino ellos quienes han perdido, o no encuentran aún su equilibrio.

5 comentarios:

Edmundo dijo...

No te lo creo. O si. No me importa. Tu Ra colorea el mundo de una forma difícil de advertir pero fácil de gozar.
Un beso.

Darío dijo...

Tal vez, me contagies con tu gélido mar...

Amorexia. dijo...

Bravo!!! este texto me encantó! es libre y poderoso como la misma naturaleza eterea de lo que buscamos cuando cerramos los ojos y vemos al cielo, para sentir lo que no se puede tocar.

Deshora.

efa dijo...

muy buena la separación en párrafos/ estrofas. Y la última soy mi propio Ra...clap, clap, clap
Bs
efa

Len0re dijo...

Un pensamiento de lo mas interesante, como todo tu blog. Gracias por tu comentario en mi blog, con muchísimo retraso y por tu visita. Te sigo.

Un saludo

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